Daniel 5:15-16

¿Qué ha oído usted acerca del Señor Jesucristo?

Observe los siguientes versos: 

Daniel 5:15-16

"Y ahora fueron traídos delante de mí sabios y astrólogos para que leyesen esta escritura y me diesen su interpretación; pero no han podido mostrarme la interpretación del asunto. Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino"



Si comparó la versión en español con el original arameo, seguramente encontró que Reina Valera ha dado una excelente traducción de estos versos. Y puede ver que aún dentro de su extravío espiritual y su total caída, el rey Belsasar mandó a buscar al profeta y solicitó su ayuda. ¿Por qué lo hizo? En principio, el texto nos muestra que su madre le habló de Daniel y se lo recomendó. Y él mismo declara, "he oído de ti que puedes dar interpretaciones...". 

¿Qué ha oído usted acerca del Señor Jesucristo?

En estos días en que se celebra la Pascua y las iglesias cristianas conmemoran la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, ¿qué le guía a participar - o a no participar? ¿Qué significado tiene para usted la Pascua? 




La anterior foto, tomada veinte años y veinte libras atrás, la recibí como presente la primera vez que el Señor me dio el privilegio de llevar un mensaje dominical en la congregación. Y el mensaje trató precisamente de la Pascua. Fue un culto precioso donde el Espíritu Santo se movió de modo increíble, y mi pastor con su esposa llevaron la alabanza con una unción tremenda. Quiero traer el verso que era la raíz del mensaje, y que viene de la institución de la Pascua:

"Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto"

Éxodo 12:13

Recordemos el contexto de esta promesa. El pueblo hebreo ha vivido en esclavitud en Egipto por más de 400 años, y Dios ha llamado a Moisés para sacarlos de allí. El profeta ha ejecutado las señales que Dios le indicó, todas menos una, la última plaga que vendrá sobre Egipto y que hará a Faraón dejar libre al pueblo de Dios. "La sangre" de la cual está hablando el verso es la del cordero pascual, que comerían antes de partir. En el pasaje estaba indicado que marcaran los postes y el dintel de la puerta con la sangre del cordero, para indicar que allí vivían hebreos. La última plaga sería la muerte de los primogénitos, tanto de los egipcios como de sus animales, pero no afectaría a los que tuvieran sus puertas marcadas con la sangre del cordero. Cuando el pueblo de Israel celebra la Pascua, están celebrando la liberación que Dios obró a través de Moisés, sacándolos de Egipto y llevándolos a la tierra prometida, la Tierra Santa. La Pascua era una de las celebraciones durante las cuales los judíos peregrinaban a Jerusalén, y los evangelios nos muestran al menos tres visitas de Nuestro Señor a Jerusalén para participar de la celebración. La última cena que comió Nuestro Señor con los discípulos era una cena pascual, y fue en Pascua que fue entregado, crucificado, muerto y resucitado. 

La muerte y resurrección de Nuestro Señor le añadió otro significado a la Pascua. El apóstol Pablo llama al Señor Jesucristo "nuestra Pascua", así como Juan el Bautista le llamó el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (mucho mejor traducido, que "lleva el pecado del mundo", porque "airo", el verbo griego que se traduce en RV como "quitar", significa también "cargar", "llevar a cuestas", exactamente lo que hizo el Señor en la cruz con los pecados de la humanidad) En el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan se refiere a Nuestro Señor como "el Cordero que fue inmolado", y llama a la unión de la iglesia con Él en los cielos como "las bodas del Cordero". 

La sangre de Cristo tiene el mismo poder y la misma función que la del cordero pascual. La plaga de muerte atacaría a los egipcios y pasaría de largo sin tocar a los hebreos, que tenían sus puertas marcadas con la sangre. De igual modo, las terribles plagas que están profetizadas en el llibro de Apocalipsis desde que se abren los siete sellos, pasando por las siete trompetas, hasta las siete copas de la ira de Dios, atacarán a todos los que viven en la tierra y no han recibido al Señor. Sólo el que haya recibido al "Cordero que fue inmolado" y haya puesto su confianza en el poder de Su sangre derramada en la cruz del Calvario, será salvado de estas plagas. 

Pero hay mucho más poder en la sangre de Jesucristo. La salvación que se obró en la cruz del Calvario no comienza con la vida después de la muerte ni con la resurrección que tendrá lugar a la Venida del Señor, sino desde que usted recibe a Cristo como su Señor y Salvador. 

¿Qué ha oído usted acerca de la sangre derramada por Jesucristo?

Vea lo que dice la Palabra de Dios.

"Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades"

Efesios 2:14-16

La "pared intermedia de separación" que diferenciaba los "dos pueblos" sólo puede ser comprendida a la luz del verso 12, que dice que los gentiles (los no judíos) estaban "sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo". Los gentiles no tenían al Dios de Israel y por tanto estaban sin esperanza en este mundo. La sangre de la cruz "RECONCILIA con Dios a ambos - judíos y gentiles - en un solo cuerpo". 

Esto es poderosísimo. Todo lo que Dios es y es capaz de hacer, lo era sólo para Israel - el único pueblo que lo conocía, lo adoraba y tenía Su Palabra, las Santas Escrituras. El resto de la humanidad, los gentiles, adoraban "otros dioses" - demonios, en realidad. Las condiciones de tener una relación con Dios, de vivir conforme a Su voluntad y de ser salvo e ir a Su Presencia por la eternidad, eran conocidas y guardadas sólo por los judíos, a través de las Escrituras. La sangre de Cristo hizo posible que los gentiles fueran copartícipes de "la ciudadanía de Israel", de los "pactos de la promesa" y de la "esperanza" de aquellos que conocen a Dios. Por la fe en Cristo, los gentiles somos "injertados" en Israel (el "buen olivo", Romanos 11:24) 

Si usted no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, vive en enemistad con Dios. La sangre de Cristo derramada en la cruz del Calvario es el medio de RECONCILIACIÓN con Dios. Colosenses 1:20 dice, "y por medio de él - Jesucristo - reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz".

Dios tiene un plan maravilloso para que su vida sea de bendición, en primer lugar para usted mism@ y en segundo para todos los demás. Sólo que la entrada a esta bendición es Cristo, recibir al Hijo de Dios como Señor y Salvador de su vida. Él es capaz de deshacer toda obra de maldad que Satanás ha hecho en su vida, y es capaz de transformarle en un nuevo ser, creado (o "re-creado") según Dios. 

El rey Belsasar era un pecador empedernido que estaba profanando las vasijas sagradas del templo de Jerusalén en una bacanal con sus oficiales, embriagándose y adorando demonios. La escritura en la pared le aterrorizó - porque dentro de nosotros hay una "alarma" espiritual que cuando estamos pecando nos avisa del mal, y se llama "conciencia" - y en su estado de temor fue informado de la capacidad de Daniel para ayudarlo, y le buscó. 

¿Ha buscado usted al Señor? 

El apóstol Pablo predicó en Atenas que Dios "... de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra...  para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle..." (puede leer todo el mensaje en Hechos 17) El motivo por el cual Dios nos hizo es PARA QUE LE BUSQUEMOS. Si vivimos sin Él, hemos vivido toda una vida "muertos en nuestros delitos y pecados". 

Quizá se pregunte, pero... ¿de qué le sirvió a Belsasar buscar al profeta, si de todos modos le alcanzó el castigo que estaba profetizado en la escritura de la pared? 

Déjeme decirle lo que está escrito en Hebreos 11:6, "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan". Belsasar buscó al profeta porque "había oído" de todo lo que él podía hacer, pero aún así, no lo hizo porque tuviera la fe de que Daniel lo haría. 

¿Ha buscado al Señor CON FE? 

¿Ha creído que hay un Dios que será su galardonador cuando le busque? 

En el comienzo hablaba del primer mensaje dominical que el Señor nos dio, mensaje recibido después de haber buscado al Señor de rodillas en oración. En aquellos tiempos vivíamos escondidos como inmigrantes ilegales y en peligro de ser deportados. Buscar al Señor ha sido "galardonado" o recompensado de muchos modos, entre otros con la ciudadanía, vivienda, empleo, transporte... sin contar los muchos otros mensajes, revelaciones y alabanzas que el Señor nos ha dado, y las almas que han sido ministradas y evangelizadas a través de estos años, viajando por toda Suecia o por medio de la emisora radial de la iglesia, o por Internet. Lo que el Dios del cielo hizo con nosotros, y ha hecho con millones de creyentes a través de la fe en la sangre de Su Hijo, el Cordero que fue inmolado, quiere hacerlo también en su vida. 

¿Lo cree así? ¿Desea recibir a Cristo como su Señor y Salvador? Sólo tiene que ponerse en oración y decirle a Él, "Señor, yo reconozco que he vivido en pecado, ajeno a Ti y a todo lo que Tú quieres hacer en mi vida. Perdóname, lávame de mi pecado con la sangre derramada en la cruz del Calvario, y entra en mi vida. Quiero que Tú, Señor Jesucristo, seas mi guía, mi Salvador. Quiero escucharte, recibir Tu Palabra y seguirte. Quiero ir contigo a la eternidad. En el Santo Nombre de Jesús. Amén". Esta decisión por Cristo - si la hace de corazón - es suficiente para llevarle de muerte a vida, y entrar por el umbral de la nueva vida que Dios le tiene preparada. ¡No espere más! En cualquier momento puede venir el Señor, llevarse a los suyos y quedarse esta tierra bajo el azote de una tribulación "como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora". ¡Hoy es su día de salvación y de bendición! 

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS. ¡Cristo viene pronto!

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